Este fin de semana se estrenó Dragon Ball Heroes, el anime basado en el videojuego de cartas intercambiables exclusivo de Japón y cuya historia dista muchísimo del canon de Dragon Ball. El anime, que se estrenó este fin de semana en Japón, resultó siendo decepcionante por donde se le ve. Pero vamos despacio.
Lo primero es lo de siempre: la pésima animación que ya vimos en algunos episodios de Dragon Ball Super. Si bien esto es justificable por la premura con la que se debe sacar el material, y es algo ya visto en Dragon Ball Z (aunque nuestra nostalgia nos haga olvidarlo), es absurdo no darle más calidad a un anime cuyos episodios son de solo ocho minutos. Ese también es otro punto ¿tanto hype por ocho minutos?
En cuanto a la historia, la premisa realmente no emociona mucho. El planeta prisión sin duda es algo bastante reforzado y que funciona bien en el juego pero que en anime no mucho. ¿A quién se le ocurrió que esa trama podía ser medianamente interesante?
Ahora la parte de que debía ser emocionante: un Gokú furro (Super Sajayin 4) se enfrenta al Gokú azul en el primer capítulo, solo para darnos un espectáculo poco o nada atractivo. La pelea no dura mucho (en ocho minutos no podían embutirle demasiado) y las intensiones de Fu, el personaje a cargo de la Prisión Planetaria, son un poco reforzadas (de hecho es algo similar a lo visto en la mini saga de Noah en Yu-Gi-Oh a inicio de la tercera temporada).
¿Vale la pena seguir viéndola? Posiblemente no, y tampoco aportará mucho a lo que conocemos ya que no es canon. Además es aportarle audiencia a algo que claramente tiene como fin vender Dragon Ball Heroes. No es que no lo hayamos visto en animes como Pokémon, pero hasta ese está mejor planteado con el inmortal Satoshi.
Aunque si la quieres ver por matar el tiempo también es válido. Eso podría matar la ansiedad de la película de Dragon Ball Súper que saldrá a fin de año.